La lana de alpaca es una de las más cotizadas por sus increíbles cualidades, además se distingue por ser la única con una producción 100% orgánica y natural ¿Queréis saberlo todo de la reina de las lanas?
Todos hemos visto a nuestras abuelas tejiendo lana en algún momento (algunos hasta todavía dormimos la siesta con esas mantas multicoloridas Granny squares tan típicas) y seguro que muchos no tenéis problema identificando entre hilo de lino o de lana Lincoln. Pero, los tiempos cambian y las lanas también. Gracias a su calidad y textura, la nueva reina de las lanas proviene de la alpaca. ¿Estáis familiarizados con ella? Si la respuesta es no, no os preocupéis. En este blog os traemos una guía completa sobre los beneficios de esta lana y algunos consejos para cuidar sus prendas.
¿QUÉ DIFERENCIA A LA LANA DE ALPACA?
La lana de alpaca, como cualquier hilo o lana, se divide en varios grupos teniendo en cuenta su grosor y calidad. Una de las razones por las que la lana de alpaca resulta tan suave, es que casi ninguno de sus tipos supera los 30 micrones de grosor (para que te hagas una idea, un micrón o micra equivale a una millonésima parte de un metro). Esto quiere decir que la lana de la alpaca cede con facilidad y no actúa de “vara” contra nuestra piel. Otra de las razones de su suavidad es que la lana “no se mancha” y tras el proceso de limpiado se consigue eliminar el 95% de la suciedad de la alpaca, frente un 43% a 76% de la lana de oveja. Además… ¡sus fibras no contienen grasa! La lana de alpaca tiene alrededor de 30 colores naturales, por lo que en muchas ocasiones no es necesario teñirla. Más abajo te hablamos de todas sus ventajas (te avisamos de que son muchísimas).
TIPOS DE LANA DE ALPACA
La lana de alpaca más habitual es la fibra Alpaca Fleece y es la que se obtiene en el esquilado habitual de la alpaca, que se realiza anualmente. Mide alrededor de 26.5 micrones de diámetro (es una de las más gruesas) y suele utilizarse para la confección de sacos y abrigos por su resistencia y calidez.
Si necesitamos algo más suave y ligero, utilizaremos la Baby Alpaca. Esta fibra procede del primer esquilado que se hace en la vida de una alpaca, por lo que la lana resulta muy fina y pura. Lo de “baby” es un decir: no se utilizan animales recién nacidos o muy jóvenes, ya que para este primer corte es necesario que el animal haya alcanzado la edad adulta de tres años. Este pelo mide alrededor de 22,5 micrones y con él se hacen prendas finas de punto: jerseys, chales, pasheminas… Esta fibra tiene una calidad enorme y es extremadamente suave, lo que la hace, sin duda, una de las más valiosas y apreciadas en el mercado.
De la selección de las mejores fibras de Baby Alpaca, obtendremos la Royal Alpaca. Si la baby ya es fina, este tipo de fibra te va a impresionar ya que tan solo mide entre 19 y 19.5 micrones. Si algo diferencia a esta fibra es su exclusividad: solo un 1% de la producción mundial de fibra de alpaca corresponde a esta variedad. Además, es ultra fina y suave, siendo comprada en muchas ocasiones con el cashmere – eso sí, con la calidez de la alpaca. Este tipo de fibra es ideal para utilizar en prendas fluidas, cálidas y elegantes.
Otros tipos más gruesos de hilo de alpaca son Huarizo (de 30,5 micrones), empleada para hacer tejidos de punto, y Gruesa (más de 34 micrones), con la que se elaboran alfombras, tapicerías y forros.
¿POR QUÉ ELEGIR LANA DE ALPACA?
La calidad de la lana e hilo de alpaca es excepcional ya que contiene propiedades que no se encuentran en otro tipo de lanas como la ovina, lo que la hacen de mayor calidad que el cashmere y el mohair. Para que os hagáis una idea, la lana de alpaca es la que se utilizó por la NASA para viajar al espacio. Sí, sí: la lana de alpaca es la elegida por los astronautas ¿Quieres saber por qué? Te lo explicamos todo aquí:
LIGEREZA: La lana de alpaca es muy ligera gracias a sus fibras semivacías, es decir, fibras que contienen bolsas microscópicas de aire. Su función es la regulación térmica. Esto hace que mantengan muy bien la temperatura corporal independientemente de las condiciones externas y del tipo de ambiente que haya, por lo que ayuda a combatir los cambios bruscos de temperatura y conserva el calor. Además, es muy transpirable.
CALIDEZ Y RESISTENCIA: La lana de alpaca es hasta 8 veces más cálida y hasta 4 veces más resistente que la lana de oveja. Esto quiere decir que, además de abrigar más de forma más ligera, se deteriora mucho menos que otras lanas. Además, resiste al fuego y al calor. La lana de alpaca es ignífuga, una propiedad que comparte con la lana de oveja: resulta muy difícil de quemar. También resiste la radiación solar.
DURADERA: La lana de alpaca es extremadamente duradera.Una de las principales causas es que repele muy bien el agua y apenas absorbe la humedad ambiente: no tengas miedo a que tu prenda encoja, se descoloré o se dé de sí con los lavados o la lluvia. Además, su elasticidad hace que sean muy resistentes, por lo que no importa lo fino que sea el hilo: tus prendas de lana de alpaca apenas se deterioran con el uso, por lo que siempre son una buena inversión.
HIPOALERGÉNICA: La lana de alpaca no produce alergia porque, a diferencia de la lana de oveja, no contiene lanolina (una cera que es muy absorbida por la piel y que está presente en animales ovinos). Aunque la lanolina se utiliza en muchos cosméticos, es poco recomendable para pieles delicadas y sensibles. Gracias a esta característica, este tipo de lana es muy brillante porque es una lana muy “limpia”. La lana de alpaca no se ve afectada por hongos y otros microorganismos que pueden irritar nuestra piel y deteriorar las prendas. Además, esta lana “no pica”: como os hemos explicado antes, son lanas muy finas y elásticas que ceden ante nuestra piel.
NATURAL: La lana de alpaca cuenta con una amplia paleta de colores naturales, algo poco frecuente en otras lanas. Esto hace que se evite el uso de productos químicos para su teñido. Además, la lana de alpaca ayuda a cuidar y respetar el medio ambiente. Las alpacas son animales que se crían en terrenos libres de pesticidas y su alimentación no incluye ningún tipo de hormona. Estos animales, además, producen más lana. Por ejemplo, una sola alpaca aporta la misma lana que veinte cabras; a su vez, la creciente producción de cabras está aumentando la desertización por su masificación, mientras que las alpacas consumen menos agua y sus pezuñas son más delicadas con el terreno. Con el consumo de lana de alpaca se favorece un consumo responsable y sostenible y se fomenta el comercio justo: el 80% de esta lana se produce por pequeños criadores andinos que utilizan métodos tradicionales respetuosos con la naturaleza.
CONSEJOS PARA MANTENERLA COMO EL PRIMER DÍA
Tratándose de una fibra valiosa y con tantas propiedades, uno puede pensar que el cuidado de las prendas de alpaca debe ser muy costoso y delicado. No es así, resulta más sencillo de lo que imaginamos. Aunque es cierto que son productos que no podemos meter tranquilamente en la lavadora ni planchar, solo necesitamos algunas recomendaciones para mantenerlos como el primer día. Además, precisamente por su calidad, las prendas de alpaca se conservan más tiempo limpias y con un aspecto lustroso. Aquí van nuestras recomendaciones para mantener tus prendas de lana de alpaca intactas, ¡toma nota!:
LAVADO: Como con cualquier prenda que sea un poco más delicada, lo ideal es lavar nuestras prendas de alpaca con agua templada y a mano. Para lavarla, utilizaremos un champú de bebé o un detergente para prendas delicadas. NO UTILICES LEJÍA. Frota suavemente la ropa y no retuerzas o utilices fuerza para eliminar la suciedad.
SECADO: Si evitamos el calor en el lavado, en el secado también: esto implica que no debes meter lana de alpaca en una secadora. Tampoco estrujes tu ropa para escurrirla ni la cuelgues con pinzas. Lo ideal es dejar nuestra prenda envuelta en una toalla en un lavadero hasta que se haya escurrido por si sola y después extenderla sobre varias cuerdas de tender, de modo que no quede colgando. Tampoco es recomendable exponerla al sol o la humedad, así que si lo tiendes dentro de casa, mejor que mejor.
– ALMACENAMIENTO: Guarda la prenda solo cuando esté completamente seca: dóblala bien para evitar las arrugas y no la cuelgues en perchas para evitar que se deforme. Evita su contacto con cualquier elemento que pueda engancharse (joyas, cinturones, etc). Fuera de temporada, lo mejor es mantenerla en una bolsa de plástico para ropa bien cerrada. Para evitar las polillas no se recomienda usar naftalina, así que si has tenido problemas con ellas antes, lo mejor son los elementos naturales como la lavanda o el café.
Si sigues estas recomendaciones tu ropa de alpaca permanecerá durante años igual de bonita que el primer día.
¿Qué os aparecido nuestro blog? ¿Tenéis algún dato curioso sobre la lana de alpaca o consejo para mantenerla en el mejor estado? Si es así, ¡dejadnos un comentario!
Fuente: Bebecotte